EL DESPERTAR DEL CUENTO DE HADAS
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Tu corazón está herido, niña bonita, pero las heridas también enseñan, también sanan.
Dale tiempo al tiempo, déjate llorar, porque las lágrimas limpian, alivian, transforman.
Eras la niña consentida, el tesoro de papá, la flor más bella de aquel jardín.
Pero hoy te sientes como una flor en el bosque, solitaria, perdida, con tus pétalos cerrados y sin perfume que regalar.
Todo está bien, querida niña. Aunque sientas que el mundo se derrumba, la fuerza ya habita en ti.
Esa fuerza que te levantará, que te hará florecer, más fuerte, más hermosa, más tú.
Despertaste de ese cuento de hadas, de la ilusión que una vez te envolvió.
Pero este no es el final, es el inicio.
Es el momento de tomar las riendas de tu historia, de escribir con valentía cada capítulo.
Recuerda, en este cuento no eres una espectadora, tú eres la protagonista, la actriz principal, la princesa que decide su destino.
Levántate, sacude el polvo y mira hacia adelante. La vida te espera con nuevas aventuras, y tú, hermosa guerrera, estás lista para conquistarlas.
Porque este no es un final triste, es un renacer, una nueva oportunidad.
Tu historia no acaba aquí, apenas comienza, y el mundo está listo para verte brillar.