La Magia de la Luna

Qué hermosa te ves hoy querida luna… y te veo todos los días.
Busco tu luz, dulce luna, en el cielo.

Tu belleza me impresionó desde que era niña, me atraía tu misterio.
Eres maravillosa, majestuosa, la luz de la noche.
La madre de las estrellas, la reina del cielo… el sueño secreto de alguien.

Siento mis días, mis noches, fluyendo al ritmo de tu presencia.
Tú provocas el cambio en el mar, las olas,
en mis sentimientos, en mi cuerpo, en mi ser.
Es una energía magnética…

Como cuando estamos elevados, todas las emociones y sentimientos flotan en el aire,
y cuando estamos bajos, todo se vuelve tan sereno y relajado.

¿Por qué elegiste a alguien como yo? Siento cómo me afectas cada día de mi vida…
¿Soy una Reina como tú? ¿Soy la luz? ¿Soy un misterio de la vida?
La luna y yo… la experiencia secreta de mi vida.

Te amo, te acepto y respeto todos los efectos que siento…
Recuerda, mi amor, cuando la luna brilla…
quiere ser apreciada, abrazada y admirada.

De repente, desaparece… nadie puede verla… pero ella sigue estando allí.
Solo dale el tiempo que necesita,
y pronto verás cómo brilla en tu vida.

A todos los que leen este post el día de hoy: Hoy quiero que sientas lo que yo siento. La luna no solo ilumina la noche, sino que se convierte en un recordatorio constante de que somos parte de algo mucho más grande. Sus fases, sus cambios, nos enseñan sobre la aceptación, la paciencia y el amor por uno mismo. Al igual que la luna, nosotros también tenemos momentos de ocultarnos, pero siempre regresamos a brillar, más fuertes, más sabias, más luminosas.

Si alguna vez te sientes perdida o apagada, recuerda la luna. Ella siempre está ahí, en su propio ritmo, y al igual que ella, tú también puedes encontrar la luz en los momentos de oscuridad.

Sandra Navarrete

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