En medio de la confusión, la respuesta clara es EL AMOR

A veces, en el viaje de la vida, me encuentro perdida entre mis propios pensamientos. No siempre entiendo el rumbo que quiero tomar. Hay momentos en los que me siento bien estando aquí, disfrutando del presente, y otros en los que anhelo escapar y estar en otro lugar. Ese impulso de querer liberarme de las expectativas ajenas, de no querer escuchar todo lo que el mundo dice, de querer sentirme completamente yo misma.

Es curioso cómo cambia todo cuando decido seguir mi propio camino. La sensación de ser yo misma, sin máscaras ni expectativas, es liberadora. Pero entonces, algo extraño sucede… me siento como una extranjera en mi propia ciudad, como si no terminara de encajar. Y eso, a pesar de ser desconcertante, también es parte de la aventura. Porque, al final, lo que me hace sentir completa es precisamente el proceso de descubrimiento, el caminar, el no saber a dónde voy, pero hacerlo de todos modos.

Y entonces, me pregunto, ¿qué es lo que realmente me da sentido? ¿Es el sol que ilumina mi día o la música que llena mi alma? ¿Es la naturaleza que me rodea o esa energía que siento en mi interior? La respuesta es clara: es el amor.

El amor, esa fuerza que nos conecta con todo lo que somos, lo que deseamos, lo que necesitamos. Es ese abrazo cálido en los días fríos, el sol brillante que ilumina nuestra vida. El amor nos da la libertad de ser quienes somos, sin importar los juicios ni las expectativas externas.

Porque, cuando estamos con la persona o en el lugar adecuado, todo tiene sentido. Nos sentimos completos, auténticos, en paz. Y eso es lo que debemos buscar siempre: ese lugar y esa persona que nos permiten ser nosotros mismos, que nos dan la libertad de decidir, de vivir, de soñar.

La vida no tiene que ser complicada. Cuando seguimos lo que nuestro corazón nos dicta, todo se vuelve más claro. Y aunque a veces nos sintamos perdidos, el camino siempre nos llevará a donde debemos estar. Al final, la respuesta está en el amor, en la libertad de seguir lo que sentimos, sin miedos, sin dudas.

Así que, si alguna vez te sientes perdido o confundido, recuerda: el amor te da el poder de decidir, de crear tu propio camino. No te quedes esperando que las respuestas lleguen solas. Escucha tu corazón, sigue tus pasiones, y haz de tu vida una aventura llena de libertad y autenticidad. Porque cuando te permites ser tú mismo, todo se alinea. Y ahí es cuando la vida se vuelve realmente perfecta.

La vida es un viaje, y tú eres el protagonista. Así que, ¿por qué no hacer de tu viaje el más hermoso de todos? Elige el amor, elige la libertad, y camina con confianza hacia tu propósito. ¡La vida está esperándote con los brazos abiertos!

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