El tiempo no sana, lo que sana es lo que haces en el tiempo

Sanar es un acto de amor propio radical.
Hay momentos en los que sentimos que hemos perdido la brújula y andamos con el cuerpo cansado, el alma dispersa y la mente queriendo correr, mientras que el corazón solo pide una pausa.
Y entonces alguien te dice:
«Tranquila, el tiempo lo cura todo…»
Pero no es cierto.
No es el tiempo lo que sana.
Es cómo eliges vivir ese tiempo.
Lo que haces con tu dolor y lo que haces contigo.
Lo que decides soltar y lo que te atreves a mirar de frente, lo que integras y lo que transformas.
Sanar es tener el coraje de quedarte contigo misma, aun cuando todo arde.
Es elegirte cada día, aunque duela.
Es parar de huir, y empezar a habitarte con compasión.
Sanar no siempre se ve bonito, pero siempre es sagrado.
Es abrir espacio en el pecho para respirar profundo.
Es dejar de exigir perfección y empezar a darte ternura.
Es comprender que no estás rota,
solo estás reencontrándote con partes tuyas que olvidaste amar.
Sanar es:
- Elegir la paz por encima de la culpa.
- Escuchar tu cuerpo como tu casa sagrada.
- Decir “no” sin sentirte egoísta.
- Pedir ayuda sin sentirte débil.
- Llorar sin sentirte débil.
- Brillar sin sentirte culpable.
- Caminar lento, pero con propósito.
- Volver a tí… cada vez con más amor.
Y en ese viaje, poco a poco, renace tu poder.
No el poder del ego, sino el poder del alma.
Ese que no depende de lo que el mundo dice de ti, sino de lo que tú sabes en tu corazón:
que mereces una vida plena, ligera y auténtica.
Porque tú no viniste a sobrevivir en esta vida.
Viniste a amarte, expandirte, crear, servir y florecer.
A sanar tu linaje. A escribir tu propia historia.
A brillar con tu luz única, sin pedir permiso.
Asi que, hoy te invito a hacerte las siguientes preguntas:
- ¿Estoy honrando mi tiempo o lo estoy dejando pasar?
- ¿Estoy eligiendo lo que me nutre o lo que me drena?
- ¿Estoy caminando hacia mí… o huyendo de mí?
Y mientras te haces estas preguntas, Respira profundo, cierra los ojos, vuelve a tu centro.
Eres más fuerte de lo que recuerdas y más luminosa de lo que imaginas.
Hoy elige sanar.
Hoy elige amarte.
Hoy elige comenzar de nuevo… las veces que haga falta, porque tú lo vales.
Con todo mi amor,
Sandra Navarrete